
IMPERIO ROMANO:
Los romanos empezaron a penetrar en el territorio de la
actual Eslovenia en el segundo siglo a. C. Construyeron importantes caminos, al
lado de los cuales se desarrollaron las primeras ciudades; algunas aún se conservan:
Emona (Ljubljana), Celeia (Celje), Poetovio (Ptuj) y Castra (Ajdovščina). Entre
los restos más importantes de este período está la necrópolis de Šempeter v Savinjski dolini.
Pasear por las calles de Ptuj, situada al noroeste –la ciudad
más antigua de Eslovenia– es como retroceder en el tiempo. Su nombre se originó en tiempos del Emperador
Trajano, quien otorgó status de ciudad al asentamiento, que pasó a llamarse
Colonia Ulpia Traiana Poetovio. En el año 69 D.C. fue elegido en Ptuj el
Emperador Vespasiano y este año se cita como el primero en el que se menciona
por escrito a la ciudad.

EDAD MEDIA:
Con la llegada de la
Edad Media, en Eslovenia se empezaron a formar importantes
núcleos religiosos a partir de varios monasterios; se formaron también distintas
ciudades, como Kranj y Kamnik (1228), Škofja Loka y Piran (1274), Novo Mesto
(1365) y Celje (1451), que se convirtieron en centros artesanales y comerciaes.
El monasterio cisterciense de Kostanjevica na Krki fue
construido en 1234, cerca de una zona pantanosa del Río Krka, en la ciudad de Novo Mesto. A este sitio se le considera el monasterio barroco más grande de
Eslovenia y, después de varias renovaciones, el edificio se ha adaptado para
incluir una galería que contiene numerosas colecciones de pinturas, esculturas
y grabados. El monasterio es también famoso por su "forma viva " –esculturas
en roble provenientes de distintas parte del mundo– que rodean tanto el edificio
como los prados cercanos y parte de la ciudad de Kostanjevica; actualmente la
colección cuenta con más de cien esculturas.

Además de las construcciones religiosas, destaca dentro del patrimonio
medieval el conjunto de castillos
eslovenos. Muchos de ellos han sido restaurados o convertidos en museos y hoteles. Cabe subrayar el Castillo
de Bled, el Castillo de
Liubliana, con su torre panorámica que reina sobre la ciudad, el Castillo de Predjama, esculpido en la
roca y comunicado por túneles subterráneos, y el Castillo de Stari grad en Celje.
EDAD MODERNA:

Bajo el mandato de los Habsburgo tomó gran importancia el
turismo termal. Eslovenia fue el centro de reunión de las monarquías europeas
en cuanto a termalismo se refiere: Rogaska Slatina, es el balneario mas antiguo
de Eslovenia; el famoso compositor Franz Lisz y varios miembros de la familia
real de los Habsburgo lo frecuentaban en busca de salud y bienestar.

En las zonas rurales o alrededor de las ciudades es
posible encontrar numerosas fincas bien conservadas, la mayoría de corte
barroco. Además de preservar su interior, las fincas poseen hermosos jardines;
una de las más bellas es Štatenberg, aunque también merecen la pena Betnava y
Strmol.
EDAD
CONTEMPORÁNEA:
La edad contemporánea viene, sin duda, marcada por la
figura de Joze Plecnik y su legado arquitectónico, esparcido por todo el país,
pero sobre todo en la capital, Liubliana. Se trata de una mezcla de
arquitectura medieval, barroca y art
noveau, pero matizada por el sello indiscutible de Plecnik; fue él quien se
encargo del plan para el triple puente, el mercado, el banco Ljubljanica, el
cementerio, la biblioteca nacional y algunas iglesias, entre otros edificios.
En la ciudad de Liubliana podemos contar hasta diez
castillos y numerosos edificios, todos ellos realmente magníficos. Cinco de
estos castillos están abiertos al público, pero el que está considerado como el
mejor, situado en lo alto de la ciudad, el Castillo de Liubliana, es
actualmente un museo y lugar de muchas exposiciones, acontecimientos y
festivales –más de 10.000 cada año.
No obstante, las demás ciudades eslovenas también ofertan muchos
eventos interesantes y festivales, museos y galerías: Maribor,
Celje, Novo Mesto, Ptuj, Koper, Piran...
A fin de cuentas Eslovenia es un gran recorrido a través de la Historia, que continúa
escribiéndose hoy.
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